¡Los Católicos De Raza Negra Importan!

De Nuestro Párroco Asociado

Cuando Amanda Gorman leyó su poderoso poema en la toma de posesión del presidente Biden, muchas personas quedaron hipnotizadas. Su poema fue copiado y compartido rápidamente, y publicado en Twitter y en todas las redes sociales. Al principio, la gente no creía que ella fuera Católica (en realidad es Católica y feligrés de la iglesia St. Brigid en Los Ángeles).

Black Catholics Matter
Black Catholics Matter

Es como si fuera difícil imaginar que alguien que es negro también pueda ser Católico. Desafortunadamente, muchos Católicos tienen poco conocimiento sobre la presencia de Católicos negros, quienes traen consigo sus propias contribuciones únicas que enriquecen nuestra Iglesia universal. Dado que febrero es el Mes de la Historia Afroamericana, veamos a un par de Católicos negros prominentes en la historia de nuestra iglesia en los Estados Unidos (biografías adaptadas de https://www.nbccongress.org/black-catholic-sainthood.html):

Padre Augustus Tolton

Augustus nació de dos esclavos, Peter Paul Tolton y su esposa Martha Jane, el 1 de abril de 1854. Con el estallido de la Guerra entre los Estados, Peter Paul esperaba obtener la libertad para su familia y escapó al norte, donde sirvió en el Ejército de la Unión, y fue uno de los 180,000 negros que murieron en la guerra. Su viuda decidió que vería la búsqueda de la libertad de su marido realizada en sus hijos. Después de lograr cruzar el Río Mississippi, se dirigió a Illinois y se estableció en el pequeño pueblo de Quincy. Cuando sus hijos intentaron asistir a la escuela Católica, los padres de los otros niños de la escuela no estaban contentos, por lo que para evitar una situación complicada, las Hermanas de la Escuela de Notre Dame decidieron dar clases particulares a los niños de Tolton.

A medida que Augusto crecía, comenzó a mostrar interés en el sacerdocio. Sin embargo, ningún seminario diocesano en los Estados Unidos estaba dispuesto a inscribir a un seminarista negro en ese momento. Finalmente, en 1878, el Colegio Franciscano de Quincy lo aceptó y dos años más tarde fue matriculado en el colegio de Propaganda Fidei en Roma. Después de completar sus cursos allí, Augustus Tolton fue ordenado sacerdote el 24 de abril de 1886. Su primera asignación fue en Quincy, y luego se le asignó una parroquia al lado sur de la ciudad. Se convirtió en el centro del que ministró a todos los Católicos negros de Chicago. Se dirigió al Primer Congreso Católico de Color en Washington DC en 1889. Murió el 8 de julio de 1897 a la temprana edad de 43 años.

En 2015, la Causa para la Canonización del Padre Augustus Tolton, iniciada en 2010, recibió la afirmación de la validez jurídica de la investigación arquidiocesana sobre su vida y virtudes por parte de la Congregación para las Causas de los Santos, y el Padre Tolton recibió la distinción de Siervo de Dios.

Hermana Thea Bowman, FSPA

Bertha Elizabeth Bowman, autoproclamada como una “niña de ancianos”, nació en 1937 y se crió en Canton, Mississippi. De niña se convirtió al Catolicismo por la influencia de las Hermanas Franciscanas de la Adoración Perpetua y las Siervas Misioneras de la Santísima Trinidad, quienes fueron sus maestras y nutrieron su fe. La decisión de convertirse al Catolicismo se basó en lo que presenció: se sintió atraída por la Iglesia Católica por el ejemplo de cómo los Católicos parecían amarse y cuidarse unos a otros, especialmente a los pobres y necesitados. Para Bertha, la religión era real y relevante: la gente ponía su fe en acción. En 1953, a la edad de quince años, le dijo a su familia y amigos que quería unirse a las Hermanas Franciscanas de la Adoración Perpetua y dejó el terreno familiar de Mississippi para aventurarse a la desconocida ciudad de LaCrosse, Wisconsin, donde sería la única afroamericana en el convento. Como hermana, se le dio el nombre de “Hermana Mary Thea”. Fue entrenada para convertirse en maestra. Ella enseñó en todos los niveles de grados, eventualmente obtuvo su doctorado y se convirtió en profesora universitaria. La turbulenta década de 1960 fue un período de transformación en una nación desgarrada por luchas y divisiones raciales. El país se enfrentó a la búsqueda de justicia e igualdad racial para todos los estadounidenses. También fue un momento de transformación para la Hermana Thea. La renovación litúrgica del Concilio Vaticano II la animó a redescubrir su herencia religiosa y espiritualidad Afroamericana.

En 1984, Thea fue diagnosticada con un cáncer terminal. Esto no disminuye su celo evangélico. Continuó desafiando a la Iglesia Católica, hasta los obispos, a continuar evangelizando a la comunidad negra y promoviendo la inclusión y la participación plena de los negros en el liderazgo de la iglesia. Murió en Mississippi el 30 de marzo de 1990. En su lápida está escrito, “Ella intentó”, para honrar su deseo: “Quiero que la gente recuerde que intenté amar al Señor y que intenté amarlos”.

En 2015, la Causa para la Canonización del Padre Augustus Tolton, iniciada en 2010, recibió la afirmación de la validez jurídica de la investigación arquidiocesana sobre su vida y virtudes por parte de la Congregación para las Causas de los Santos, y el Padre Tolton recibió la distinción de Siervo de Dios.

Hermana Thea Bowman, FSPA Bertha Elizabeth Bowman, autoproclamada como una “niña de ancianos”, nació en 1937 y se crió en Canton, Mississippi. De niña se convirtió al Catolicismo por la influencia de las Hermanas Franciscanas de la Adoración Perpetua y las Siervas Misioneras de la Santísima Trinidad, quienes fueron sus maestras y nutrieron su fe. La decisión de convertirse al Catolicismo se basó en lo que presenció: se sintió atraída por la Iglesia Católica por el ejemplo de cómo los Católicos parecían amarse y cuidarse unos a otros, especialmente a los pobres y necesitados. Para Bertha, la religión era real y relevante: la gente ponía su fe en acción.

En 1953, a la edad de quince años, le dijo a su familia y amigos que quería unirse a las Hermanas Franciscanas de la Adoración Perpetua y dejó el terreno familiar de Mississippi para aventurarse a la desconocida ciudad de LaCrosse, Wisconsin, donde sería la única afroamericana en el convento. Como hermana, se le dio el nombre de “Hermana Mary Thea”. Fue entrenada para convertirse en maestra. Ella enseñó en todos los niveles de grados, eventualmente obtuvo su doctorado y se convirtió en profesora universitaria. La turbulenta década de 1960 fue un período de transformación en una nación desgarrada por luchas y divisiones raciales. El país se enfrentó a la búsqueda de justicia e igualdad racial para todos los estadounidenses. También fue un momento de transformación para la Hermana Thea. La renovación litúrgica del Concilio Vaticano II la animó a redescubrir su herencia religiosa y espiritualidad Afroamericana.

En 1984, Thea fue diagnosticada con un cáncer terminal. Esto no disminuye su celo evangélico. Continuó desafiando a la Iglesia Católica, hasta los obispos, a continuar evangelizando a la comunidad negra y promoviendo la inclusión y la participación plena de los negros en el liderazgo de la iglesia. Murió en Mississippi el 30 de marzo de 1990. En su lápida está escrito, “Ella trató”, para honrar su deseo: “Quiero que la gente recuerde que traté de amar al Señor y que traté amarlos”.

Paz, Padre Sam

Fr. Sam Nasada, OFM

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