Columna de Fraile Invitado
La vida Cristiana no es fácil. Las lecturas de este domingo nos invitan a mirar más de cerca las luchas de vivir una auténtica vida Cristiana. El camino de seguir a Dios es difícil y a veces contradictorio. Tal como lo experimentó el profeta Jeremías, mantenerse fiel a la palabra de Dios puede conducir a la alienación, el maltrato y la persecución. Sin embargo, la Carta a los Hebreos nos anima a permanecer firmes en esta lucha, reconociendo que Cristo mismo soportó la hostilidad y la oposición, pero aun así salió victorioso.
En el Evangelio de hoy, ¿por qué Jesús, el Príncipe de la Paz, dice no sembrar paz sino división? Jesús reconoce que seguir su camino, su verdad y su vida es ser verdaderamente contracultural. Mientras Jesús habla de amor, armonía y unidad, también reconoce la devastadora realidad del pecado en el mundo. El pecado trae abuso, corrupción, injusticia y opresión, y este es el tipo de cosas a las que Jesús quiere prender fuego. Dios nos da la libertad de elegir, y mientras algunos elegirán seguir a Dios, otros no.
Se necesita audacia y coraje para ser un verdadero testigo del mensaje de Cristo. Mientras salimos al mundo, sembrando las semillas del Evangelio, no nos desanimemos por la oposición u hostilidad que podamos encontrar. Confiemos de todo corazón en el poder salvador de Dios mientras clamamos: “¡Señor, date prisa en ayudarme!”
Paz, Nataniel Tran, OFM
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