Me gustaría que miráramos menos las pantallas y más a los ojos.

Algo anda mal si pasamos más tiempo con el móvil que con la gente. La pantalla nos hace olvidar que detrás de ella hay personas reales que respiran, ríen y lloran.

Es cierto que la tecnología es fruto de la inteligencia que Dios nos dio. Pero debemos usarla bien. No puede beneficiar solo a unos pocos y excluir a otros.

Entonces, ¿qué debemos hacer? Debemos usar la tecnología para unir, no para dividir. Para ayudar a los pobres. Para mejorar la vida de los enfermos y las personas con capacidades diferentes. Para cuidar de nuestra casa común. Para conectarnos como hermanos y hermanas.

Cuando nos miramos a los ojos, descubrimos lo que realmente importa: que somos hermanos, hermanas, hijos del mismo Padre.

Oremos para que las nuevas tecnologías no sustituyan las relaciones humanas, respeten la dignidad de las personas y nos ayuden a afrontar las crisis de nuestro tiempo.

–Papa Francisco, abril de 2025