A medida que nos acercamos a la Fiesta de San Francisco el 4 de octubre, la cual observamos hoy día, he aquí doce características de un ministerio Franciscano, compuesto por los Frailes Franciscanos de la provincia de Santa Barbara:
- LA PIEZA CENTRAL del ministerio es el Evangelio y su llamado a ser discípulos de Cristo sirviendo a otros, especialmente a los pobres, los olvidados y los marginados, de acuerdo con la tradición de justicia social de la Iglesia Católica y el ejemplo de San Francisco.
- LAS PERSONAS SON LO PRIMERO y son reconocidas como seres espirituales cuyo ser más profundo busca la comunión con Dios. Hay, pues, lugares y tiempos reservados para la oración privada y comunitaria. Asimismo, hay oportunidades para la reflexión espiritual, los retiros y la Misa.
- SIEMPRE CONSCIENTES de que nuestro trabajo es posible gracias a la larga lista de franciscanos que nos precedieron, se exhiben símbolos visibles, historias y arte relacionados con San Francisco, Santa Clara, nuestro legado católico y franciscano y nuestros fundadores locales.
- LOS POBRES, los necesitados, los que la sociedad ignora, o descuida, son bienvenidos. En efecto, son recibidos con apertura y compasión. No se les recibe como extraños, sino como invitados.
- COMPROMETIDOS CON los pobres, marginados y vulnerables, la atención se centra en la creación de un entorno seguro, libre de explotación. El personal recibe Capacitación para un Ambiente Seguro y entiende su deber de informar. Las necesidades de las personas vulnerables y victimizadas están por encima de todas las demás.
- TODO EL MUNDO es hermano y hermana, desde los que están sentados en las oficinas principales hasta los que entran por la puerta. Por consiguiente, las relaciones correctas son más importantes que la eficiencia. La comunicación no es sólo a través de memorandos o informes, sino a través de historias, encuentros personales e incluso las interrupciones.
- LOS QUE SIRVEN deben ser ministros de paz. La base de este enfoque es el respeto por los demás y por aquellos con los que no estamos de acuerdo. Como resultado, la conversación está marcada por la cortesía, el lenguaje no violento y la presunción de que todo el mundo desea el bien.
- LOS QUE SIRVEN deben ser colaboradores. No son agresivos y no denuncian a los demás; incluso cuando trabajan enérgicamente por la dignidad de los pobres, entran en la conversación. Luchan con el ejemplo y es más probable que se les encuentre colocando jarras de agua en el desierto que disputando en la alcaldía.
- DE ACUERDO con la pobreza material que marcó la vida de San Francisco, el ministerio no es autosuficiente. Depende de donantes y voluntarios para poder operar. Sus reservas son modestas y todos los fondos se administran con un fuerte sentido de la gestión y administración.
- EL CUIDADO de la creación no es opcional; es esencial. La interconexión de toda la creación fue reconocida por San Francisco hace mucho tiempo, por lo que esta comprensión influye en las decisiones grandes y pequeñas. Se hacen esfuerzos para conservar el agua, reciclar los desechos, utilizar productos de limpieza ecológicos, e incluso cultivar productos para su uso en los propios ministerios.
- TODO SE HACE con una actitud de humildad. Lo que un ministerio tiene es visto como un regalo de Dios. Cualquiera que sea el papel que desempeñe una persona es visto como un papel de servicio.
- LA BONDAD es la clave. Nuestros ministerios se centran en el bien de los demás, del mundo, de toda la creación que Dios «miró y vio que era buena». El pecado existe, pero la gracia abunda aún más.
Como miembros de una parroquia que se basa en la espiritualidad y los valores franciscanos, los invito a reflexionar sobre estas características y esforzarse por encarnarlas.
Paz y bien,
Padre Sam Nasada, OFM
Paz y bien, Padre Sam Nasada, OFM