RECORDANDO AL PADRE MYCHAL JUDGE, OFM
Una Nota De Nuestro Vicarro 9/11/22
El 11 de septiembre de 2001, el sacerdote Franciscano Padre Mychal Judge, OFM se apresuró al Centro de Comercio Mundial “World Trade Center” después de enterarse de que un avión había chocado contra una de las torres. El Padre Mychal era capellán del Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York. Entró en la torre para ministrar a los bomberos y los heridos. No mucho después, la primera torre se derrumbó y el padre Mychal se convirtió en la primera víctima mortal certificada del ataque terrorista del 11 de septiembre, el primer cuerpo en ser recuperado y llevado al médico forense.
Quienes lo conocieron lo recuerdan como alguien que estaba dispuesto a dejar todo atrás para servir a cualquiera que necesitara su ayuda. Le encantaba dar bendiciones a la gente. Construyó relaciones y se hizo amigo de los bomberos de los que era capellán.
El Padre Mychal tocó la vida de tantas personas. En su Misa fúnebre, más de 3,000 personas abarrotaron la Iglesia de San Francisco de Asís en Manhattan. El Padre Michael Duffy, OFM, su buen amigo, declaró apropiadamente en su homilía ese día: “Venimos a enterrar el cuerpo de Mychal Judge pero no su espíritu, su voz pero no su mensaje, sus manos pero no su buen trabajo, su corazón pero no su amor. Nunca su amor.”
Después de su muerte, llegó la revelación de que el Padre Mychal era gay. Algunos Católicos no estaban contentos con esto. Algunos intentaron pintarlo como una noticia falsa, alegando que todo era un ataque contra la iglesia. Es como si ser gay le impidiera a alguien llevar una vida de santidad. Nada puede estar más lejos de la verdad. Dios llama a TODOS a la santidad.
Desafortunadamente, a veces somos nosotros los que evitamos que la gente venga a Dios. Podemos ser como los Fariseos en el Evangelio de hoy, quejándonos cuando los recaudadores de impuestos y los pecadores son recibidos por Jesús. Nos convertimos en un muro que impide que las personas experimenten la misericordia y el amor de Dios.
Para evitar eso, tal vez sería bueno que repitiéramos esta oración favorita del Padre Mychal:
Señor, llévame a donde Tú quieras que vaya;
Déjame conocer a quien Tú quieres que conozca;
Dime lo que quieres que diga;
Y mantenme fuera de Tu camino.
Paz y bien, Padre Sam Nasada, OFM
(Picture: By FDNY Family Assistance Unit)