Ubicado en el corazón del Centro Serra se encuentra un tesoro, un faro de belleza resplandeciente y profunda santidad: el Tabernáculo. Más que un simple recipiente ornamentado, es un recipiente sagrado, una morada de lo divino. Elaborado con metales preciosos y madera reluciente, el propósito de nuestro Tabernáculo es acunar la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía consagrada.
Antes de la Misa, ingrese al silencioso santuario de la Capilla Eucarística en el Centro Serra. Bañado por el suave resplandor de las puertas de vidrio, arrodíllese o siéntese y permita que su mirada se dirija hacia el punto focal, el Tabernáculo. Adornado con intrincados tallados y láminas de plata y oro, cada destello simboliza el amor infinito de Dios por nosotros.
Pero la verdadera belleza del tabernáculo trasciende su forma exterior. Reside en el misterio que encierra, la promesa silenciosa de la presencia permanente de Dios. En su interior reposa el pan y el vino consagrados, transformados por el milagro de la Eucaristía en Cuerpo y Sangre de Cristo. En este espacio sagrado, el cielo y la tierra convergen, lo divino se hace tangible para el contacto humano y comunión.
Mientras te arrodillas ante el Tabernáculo, deja que el mundo desaparezca, reemplazado por la imponente inmensidad del amor de Dios. Ya no eres un visitante sino un huésped bienvenido, invitado a entrar en comunión con lo Divino. La belleza del Tabernáculo refleja la belleza interior: el poder transformador de la fe, el consuelo de la presencia divina y la promesa de vida eterna.
Nuestra comunidad parroquial ofrece gracias y un corazón agradecido al Padre Salvador, Enrique Valdez, David Valdez y todos los que ayudaron en la creación de nuestro nuevo Tabernáculo, bendecido hoy, jueves 25 de enero de 2024, por el Padre Óscar Méndez, OFM. También agradecemos a nuestros benefactores y a todos aquellos que donaron.