La siguiente es una Reflexión Franciscana, compartida con nosotros en lugar de una reflexión de nuestro Párroco.
San Francisco fue un Perdedor
¿Qué? ¿Escuché eso bien? ‘San Francisco fue un perdedor’. Fue solo el año pasado, sentada afuera durante la pandemia en el aire fresco de la noche para la Misa en el día de la Fiesta de San Francisco. El Padre Sam Nasada OFM comenzó su homilía y dijo… ‘San Francisco fue un perdedor ‘. Padre Sam nos pidió que consideráramos:
De joven, Francisco soñaba con convertirse en caballero. Se convirtió en soldado, pero fue capturado en la batalla y encarcelado. Francisco provenía de una familia adinerada, pero rechazó a su padre y su riqueza, y en su lugar sirvió a los leprosos y reparo iglesias arruinadas. Francisco rogó por materiales de construcción y comida. Sus viejos amigos lo llamaron perdedor.
Francisco atrajo seguidores, llamándolos “hermanos menores”, fratres minores. “Minores” se refería a los campesinos y los pobres que no tenían ningún poder en la sociedad, a diferencia de los mayores: realeza, caballeros, comerciantes, que sí. La gente llamaba a Francisco, “Il Poverello”, el Pobre. Francisco pensó que sus seguidores creían en sus ideales de pobreza. Pero cuando regresó a casa después de viajar a Tierra Santa, descubrió que incluso ellos habían renovado su casa que alguna vez fue simple para que fuera más cómoda. Después de la muerte de Francisco, su orden estalló en amargas discusiones y divisiones.
Según los estándares de nuestro mundo, Francisco fue un perdedor. Pero si usamos los estándares del mundo, ¿no somos nosotros, Cristianos, también perdedores? ¿No tenemos gente como el Arzobispo Oscar Romero que murió defendiendo a los pobres de El Salvador? los trapenses de Argelia que murieron en solidaridad con sus vecinos musulmanes; La Hna. Dorothy Stang, asesinada por madereros y terratenientes por defender a los indígenas de Brasil; ¿y el Padre Roberto Malgesini, quien fue asesinado el año pasado en Italia por una persona sin hogar a la que había estado ministrando? ¿No los ve el mundo como perdedores? ¿No los vemos NOSOTROS como perdedores?
Pero, ¿y si esto es exactamente donde debemos estar como iglesia? ¿No adoramos a un Dios que pasó su tiempo entre los pobres, las prostitutas y otros pecadores y personas marginadas, los perdedores de la sociedad? ¿Un Dios que murió en una cruz, considerado necedad y escándalo, un perdedor para muchos? El Papa Benedicto dijo una vez que “no es la Iglesia de las personas exitosas lo que nos impresiona… Más bien lo que fortalece nuestra fe, lo que permanece constante, lo que nos da esperanza, es la Iglesia de los que sufren”.
¿Queremos construir iglesias elegantes e impresionantes hechas de materiales preciosos, vidrieras y un diseño imponente o construimos una iglesia que pueda servir como un hospital de campaña para aquellos que han perdido las batallas de la vida, que sufren de violencia, adicción, corazón quebrantado, enfermedad y abandono?¿Construimos una iglesia que atiende principalmente a los poderosos o construimos una iglesia pobre para los pobres como lo que quiere el Papa Francisco, una iglesia llena de personas consideradas perdedores por el mundo?
Sabemos qué tipo de iglesia eligió construir San Francisco. Esa noche, el Padre Sam compartió su esperanza de que todos nosotros, los Franciscanos de hoy, con y sin hábito, con votos y sin votos, que son parte de este movimiento Franciscano en curso, podamos seguir el ejemplo de Francisco.
Laura Chun
OFS Fraternidad de San Luis Rey
Orden Franciscana Seglar
Homilía del Padre Sam Nasada, OFM, dada en la Fiesta de San Francisco, 4 de octubre de 2020 y reimpreso aquí con su amable permiso. La homilía de Padre Sam fue inspirada en parte por el artículo: https://wherepeteris.com/catholics-are-losers/
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