De Nuestro Vicario

¿Puedes explicar brevemente sobre tu camino de fe como Católico a temprana edad?

Tengo buenos recuerdos de las clases de catecismo y recuerdo que pensé en ser sacerdote cuando fuera grande. Los domingos la iglesia era imprescindible para mí, mi hermana, mi madre y mi padre. Después de completar la Primera Comunión, mamá y papá dejaron a mí y a mi hermana decidir si queríamos seguir yendo a clases de catecismo para la Confirmación. Decidí no continuar no porque fuera gay, sino por una crisis familiar que desafió nuestra fe en Dios.

¿Cuándo te diste cuenta por primera vez de que eras gay? ¿Cómo impactó tu identidad como Católico?

Tengo recuerdos de cuando tenía 4 años y les decía a mi mamá ya mi hermana que cuando fuera grande me iba a casar con un hombre. La respuesta de mi mamá a eso fue “No, no puedes casarte con un hombre”. Sin embargo, mi hermana respondió y dijo: “sí se puede, la gente así se les llama…” y bueno ahí termina mi memoria. A medida que crecí, ya que era demasiado pronto para enseñar sobre la sexualidad, no sabía que ser diferente, gay, era algo que estaba mal a los ojos de la iglesia. Viví un estilo de vida abstinente hasta los 26 años. A los 26 años ya no podía ocultar quién era. Pasé por una depresión e intenté suicidarme y finalmente decidí que tenía que confesarlo a mi familia y amigos. Para mi sorpresa, nadie se apartó de mi lado. Todos me apoyaron y lo siguen haciendo hasta el día de hoy. Regresé a la iglesia 40 años después de mi Primera Comunión. Cuando comulgué después de 40 años de estar lejos, simplemente lloré y me invadió la sensación de estar de regreso en casa. Y después de ser Confirmado, tuve esta energía abrumadora de ser voluntario en la iglesia y convertirme en un feligrés activo de la Parroquia Misión San Luis Rey.

¿Cuáles son algunos de los desafíos que enfrentas ahora como persona gay y como Católico que asiste a Misa?

Siento que a menudo somos vistos como el enemigo, el diablo. La gente parece tener la idea de que los homosexuales buscan convertir a otros para que se vuelvan gay/lesbianas. Esto es simplemente falso. No busco cambiar a nadie para que sea gay o lesbiana. Cuando escucho lo que los feligreses piensan sobre la homosexualidad, me siento decepcionado, especialmente en esta iglesia. Los Franciscanos han creado esta iglesia donde todos son bienvenidos. Necesitamos seguir el ejemplo y extender la hospitalidad y el amor a todos. Cuando escucho estos malos apodos, simplemente sonrío, y pienso que piensan así porque todavía no me conocen bien. Si se tomaran el tiempo de ver, se darían cuenta de que al final del día, todos somos iguales. Todos queremos a esa persona especial con quien envejecer juntos. Esa persona que te acepta al 100% y no busca cambiarte. Y al final, todos tenemos este objetivo final de ir al cielo, estar frente a Dios, obtener respuestas a todas nuestras preguntas y ver a los seres queridos que nos dejaron.

¿Cómo te gustaría que tus compañeros feligreses de la Parroquia Misión San Luis Rey oraran por ti y te apoyaran mejor?

Oren por mí como orarían por cualquier otra persona. Con amor. No ores por mí con la mentalidad de cambiarme. Porque no puedo cambiar. Fui creado así. Dios me creó perfecto. En cuanto a un mejor apoyo, queremos ser bienvenidos. No queremos ser juzgados. Apóyanos tratándonos como cualquier otra familia amorosa de Dios que asiste a la Parroquia Misión San Luis Rey.

Paz y bien, Padre Sam

(En Inglés)

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