Cuántos de nosotros practicamos lo que creemos, decimos, profesamos y predicamos? Seguramente Jesús no solamente se está dirigiendo a los discípulos, maestros de la Ley y a los fariseos, sino que también se está dirigiendo a todos aquellos que nos llamamos Cristianos Católicos. Es muy fácil criticar y corregir al Papa Francisco, obispos, sacerdotes y diáconos cuando no practicamos lo que creemos y predicamos.

Si somos Cristianos Católicos bautizados y practicantes, deberíamos de evaluar nuestras vidas, vernos frente a un espejo antes de criticar y corregir, y preguntarnos seriamente si practicamos lo que creemos, profesamos y predicamos. Que maravilloso y fabuloso sería si todos los que nos llamamos Cristianos Católicos, practicáramos lo que decimos, teniendo como ejemplo y modelo de seguir, a Jesús. Sería un mundo más justo, hermanable, solidario, compasivo y bondadoso. La próxima vez que leamos la biblia y estemos rezando, sería muy beneficioso hacernos la pregunta si somos o estamos conscientes de lo que estamos leyendo y rezando. Jesús siempre nos da las respuestas a lo que andamos buscando en la biblia y cuando rezamos. El problema es que solamente queremos leer y escuchar lo que nos conviene. Si queremos tener credibilidad en lo que demandamos o exigimos de los demás, entonces nosotros deberíamos ser los primeros en dar el ejemplo, con nuestras obras y acciones. Pongamos mucha atención en lo que nos dice Jesus a continuación. “Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.” (San Mateo 23, 4-5).

Una cosa es decir y no hacerlo; otra cosa es decir y hacerlo. ¿Será que nosotros nos identificamos con lo que dice Jesús a sus oyentes y seguidores? Sería muy interesante examinar nuestras obras y acciones que desempeñamos todos los días. Y si hacemos lo que decimos y lo ponemos en práctica, estamos en el camino correcto para ganarnos la vida eterna que Jesús nos propone. Si aún no estamos haciendo lo que creemos, profesamos y leemos en la biblia, nunca es tarde para comenzar. No desaprovechemos las oportunidades que nuestro Dios nos regala cada día porque quizás puedan ser las ultimas y ya no regresaran. Cada día que Dios nos regala es para dar la mejor versión de nosotros. No dejemos las oportunidades para practicar lo que decimos, creemos y profesamos ya para cuando estemos moribundos y postrados en una cama sin poder hablar, ni mover. Ojalá que comenzamos a poner en práctica lo que Jesús nos dice en su palabra cada vez que venimos a la Santa Eucaristía o cada vez que leemos la biblia. Como Cristianos Católicos bautizados, seamos conscientes de que decimos, creemos y profesamos y así poder llevarlo a la práctica con la ayuda de nuestro Dios. “Con Dios todo es posible. Sin Dios nada es posible”. “Dios siempre pondrá su máximo y nosotros siempre ponemos nuestro mínimo”. Cuando queramos hacer o emprender algo, primeramente, encomendemos a Dios, y Él nos guiará e iluminará para poner en práctica lo que creemos, profesamos y digamos.

Con cariño y respeto: Fray Alberto Villafán, OFM

(En Inglés)

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