La enseñanza de las jóvenes sabias y necias se basa en la enseñanza previa de los sirvientes sabios y necios. Ambas parábolas ilustran la necesidad de vivir de una manera espera el regreso del Señor, incluso cuando el regreso se retrasa. La parábola comienza con una frase familiar: “El reino de los cielos es semejante a…”. El reino es como toda la escena retratada por esta parábola donde algunas damas de honor se preparan para el novio y disfrutan del banquete y otras son excluidas por su propia falta de preparación.
En esta historia, se esperaba que las damas de honor esperaran la llegada del novio y lo saludaran con una procesión de luces en la oscuridad.
Presumiblemente, las damas de honor están esperando en la casa de la novia a que el novio venga a llevarla o en la casa de la familia del novio donde se llevaría a cabo la boda. Todas las jóvenes tienen lámparas o quizás grandes antorchas. Todos esperan con sus lámparas encendidas, ansiosas por la aparición del novio.
Debido al retraso del novio y la hora avanzada, todas las damas de honor se han quedado dormidas. Su somnolencia no es el problema, ya que tanto las sabias como las necias se han adormecido. Las prudentes trajeron aceite extra para sus lámparas (versículos 2-4). Ambos grupos sabían que el novio vendría y esperaron con sus lámparas encendidas, pero sólo la mitad consideró que la espera en la oscuridad podría ser más larga de lo previsto.
La parábola se resume en el versículo 13. El imperativo que a menudo se traduce como “manténganse despiertos” podría traducirse mejor como “estén vigilantes”. En esta parábola, la llegada del novio era segura. La incertidumbre del momento ilustra la necesidad de una vigilancia constante. Los primeros lectores de este Evangelio ya habían entrado en los días oscuros después de la crucifixión y la resurrección y comenzaron a esperar el regreso de Cristo. Esta parábola los desafía a estar alerta y vivir anticipando la venida del Señor.
Hoy podemos sentirnos secretamente identificados con las doncellas insensatas. ¿Vive realmente la iglesia como si la llegada del novio fuera segura? Algunos se han visto atrapados en el intento de determinar el día y la hora, mientras que otros han dejado que se apaguen sus lámparas. Vivir en vigilancia significa que los discípulos realicen las tareas para las que se les ha asignado en preparación para la venida del Maestro. En el Evangelio de Mateo, esas tareas incluyen dar testimonio del reino de Dios dando la bienvenida al extraño, alimentando al hambriento, visitando a los enfermos y a los encarcelados (25:31-46) y haciendo discípulos en todo el mundo (28:19-20).
Paz y Bien, Fray Oscar Mendez, OFM
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